Mujeres del Congo
- Belén González
- 10 jun 2017
- 3 Min. de lectura
El Museo Nacional de Antropología de Madrid acoge hasta el próximo 18 de junio la exposición Mujeres del Congo de Isabel Muñoz y Concha Casajús, una muestra de retratos e imágenes sobre la situación de las mujeres que representan el 52% de los 77 millones de personas que conforman un país en el que nueve de cada diez son violadas al menos una vez en su vida.
La exposición incluye fotografías de mujeres que han sufrido en primera persona nacer en la capital mundial de las violaciones, así como sus testimonios recogidos en un duro vídeo. Supervivientes de la violencia sexual como arma de guerra y a las violaciones cometidas mayoritariamente en sus entornos familiares, todas ellas quieren mostrar su determinación a enfrentarse a todo el sufrimiento que han pasado y a su condición de "víctimas".
Pese a que la República Democrática del Congo reconoce la igualdad entre hombres y mujeres, y se trata mayoritariamente de una sociedad monoparental en la que ellas son el motor de las familias, no existen leyes que obliguen al reconocimiento de sus derechos, por lo que testimonios de mujeres violadas de manera sistemática, con fusiles o incluso troncos, son habituales.
Una de las razones de que se produzcan estos es la guerra civil que asoló el país entre 1998 y 2003, y que sigue presente debido a la rivalidad entre las naciones de los alrededores por el control de las minas de coltán y que sirve como excusa para convertir a las mujeres en esclavas sexuales.
El proyecto representado en Mujeres del Congo pretende "hacer reflexionar a los interesados en la lucha contra la violencia sexual ejercida contra las mujeres y las niñas, para que adquieran un compromiso real y eficaz mediante acciones concretas y así permitir prestar asistencia a las mujeres que se encuentran en esta situación".
Niñas de Kavumu
La realidad en el Congo es que las mujeres, además de enfrentarse a la violencia sexual que se ejerce sobre ellas mismas, tienen que contemplar impotentes como sus hijas son también violadas a partir de los dieciocho meses.
Kavumu es una ciudad a 25 kilómetros de Bukavu, en la provincia de Kivu Sur. Se trata de una aglomeración comercial situada junto al aeropuerto en la que, desde 2014, la violencia sexual contra niñas de entre 0 y 10 años se ha convertido en habitual. En muchas ocasiones son secuestradas de sus casas por la noche, violadas y abandonadas en el campo o entre los arbustos con numerosos traumatismos.
El caso de las violaciones a niñas se hasta diez años se pretende justificar en la creencia cultural de que la sangre de las niñas tiene poderes tanto curativos como preventivos frente a las enfermedades, según los chamanes locales.
A día de hoy se desconoce la identidad de los violadores, y los padres -normalmente de familias desfavorecidas- no son capaces de hacer frente a este peligro.

Niños acusados de brujería
Como resultado a la pobreza de las familias y de la guerra, desde hace algunos años en República Democrática del Congo se da el fenómeno de los "niños brujos", rechazados por sus propios padres. En la mayoría de casos se trata de niñas, que se ven obligadas a exponerse en las calles a peligros como violencia sexual, violencia física, torturas y explotación como prostitutas en los burdeles.
Microcréditos
Una de las pocas soluciones que existen para mejorar la situación de estas mujeres que han sobrevivido a tales índices de violencia es la consecución de independencia económica.
Tras perderlo todo durante la guerra y convertirse en los pilares de sus familias, el acceso a un programa de microcréditos les permite auto organizarse para desarrollar una pequeña economía que les permita alimentarse y alimentar y financiar los estudios a sus hijos, así como llevar a cabo proyectos emprendedores y desarrollar un oficio.
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