IKEA forma refugiados para contratarlos en sus tiendas
- Belén González
- 15 jun 2017
- 2 Min. de lectura
La empresa sueca Ikea ha formado laboralmente durante cinco semanas a un total de dieciséis refugiados en sus tiendas del Ensanche de Vallecas (Madrid) y Murcia, de los cuales ya ha contratado a seis. El programa, orientado a facilitar la integración laboral de estas personas, continúa con el seguimiento del resto de beneficiados para una posible incorporación en su plantilla o en alguna otra empresa, y a partir de septiembre está previsto que la iniciativa se ponga en marcha en el resto de tiendas de la cadena.

Los participantes han sido instruidos en los sectores de ventas, distribución y recursos humanos de manera común, y más específicamente en las áreas de Atención al Cliente, Logística, Ventas y Food. El proyecto, según ha informado hoy ABC, se ha dado a conocer en la Conferencia sobre acogida integración de refugiados en España impulsada por ACNUR y donde han intervenido el responsable de Sostenibilidad de Ikea Ibérica, Arturo Fernández, y una de las beneficiadas por el programa, Rouba Hanna.
No es la primera vez que la multinacional muestra su solidaridad con los refugiados, ya en 2013 presentaba su idea de mejor refugio posible junto con la organización social Better Shelter y el Alto Comisionado de Naciones Unidas para dar cobijo a estas personas en los campamentos. Estas viviendas de Ikea han recibido el premio al mejor diseño de 2016. Con capacidad para cinco personas, las viviendas se utilizan en ocasiones como centros sanitarios.
Su montaje solo requiere cuatro horas y tiene una obsolescencia de unos tres años, la estructura es de acero cubierta con paneles de polímero ligero, incluye tuberías, cables aislados y un panel solar en el techo que alimenta una lámpara incorporada y un puerto USB. Un aspecto a señalar, es que estos refugios y las tiendas de campaña donadas por Ikea no incluyen su logo corporativo.

Además, en 2011 la Fundación Ikea se convertía en la mayor donante de la historia de ACNUR, con una aportación de 43 millones de euros, a los que sumó otros 38 millones en 2015. La primera donación se produjo de manera escalonada a lo largo de tres años, y se dirigió a mejorar las condiciones de vida en el campo de refugiados de Daadab (Kenia), el más grande del mundo.
Los 38 millones donados en 2015 fueron destinados a reforzar los refugios y comunidades de acogida en Burkina Faso y Etiopía y permitieron sentar las bases para lograr la autosuficiencia de más de 200.000 refugiados de cinco campamentos en la región de Dollo Ado.
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