Decálogo de la buena práctica del fotoperiodismo de inmigración y refugiados
- Belén González
- 23 jun 2017
- 3 Min. de lectura
Tras varios meses de trabajo en ACNUR y de inmersión en este proyecto, he podido acceder a una gran cantidad de información que me ha enseñado la importancia de mostrar la realidad y de conocer lo que pasa en el mundo, en todo el mundo. Efectivamente, como decimos los captadores en calle cuando paramos a un potencial socio, las guerras han existido siempre y van a seguir existiendo, la única diferencia es que ahora existe ayuda humanitaria de una punta del mundo a otra. Del mismo modo, ahora tenemos la posibilidad de conocer lo que ocurre en ese punto remoto del planeta y, gracias a la fotografía y a la tecnología, además podemos verlo.
La solución, como en tantos otros casos, es dejar de mirar para otro lado y ser conscientes de nuestra responsabilidad como seres humanos. Gracias a todas las conversaciones que he tenido en estos meses, y en consecuencia de mi pasión por la fotografía y el periodismo, y mi intención de contribuir a la salvaguarda de los derechos humanos de todas las personas, hoy me atrevo a elaborar un "Décalogo de la buena práctica del fotoperiodismo de inmigración y refugiados", que espero convertir en mi manual de actuación en un futuro próximo:

[if !supportLists]1. [endif]Por encima de toda información o producto se encuentra la dignidad de las personas, por lo que el fotógrafo debe ser capaz de poner un límite en función de las circunstancias.
[if !supportLists]2. [endif]El fotoperiodismo de inmigración no debe centrarse tanto en la técnica, composición y estética de la fotografía sino en el mensaje que transmite.
[if !supportLists]3. [endif]Una fotografía puede transmitir por si misma un mensaje completo, pero en el momento en el que no se contextualiza pierde su valor.
[if !supportLists]4. [endif]Aunque el fotoperiodista es humano y llegado el caso puede dejar la cámara para ayudar a una persona que lo necesite, es importante que tenga clara su labor y la diferencie de los profesionales realmente preparados para efectuar un rescate.
[if !supportLists]5. [endif]Para establecer el límite de la ética en la fotografía y acotar hasta dónde se puede mostrar en beneficio de la información que se transmite al resto del mundo, es bueno imaginarse que la persona fotografiada es un familiar del fotógrafo, y sopesar hasta qué punto la publicación de esa imagen acarrea más beneficios que faltas de respeto.
[if !supportLists]6. [endif]El objetivo último de un fotoperiodista debe ser siempre mostrar la verdad. Aunque una misma situación fotografiada por dos personas diferentes puede mostrar dos puntos de vista completamente distintos, la manipulación intencionada se debe rechazar en todo momento.
[if !supportLists]7. [endif]Es importante informarse previamente de la situación de las personas que se va a fotografiar, realizar un trabajo de documentación y, si es posible, establecer unos límites con los líderes de las comunidades o los trabajadores humanitarios para evitar causar más problemas a personas posiblemente en peligro.
[if !supportLists]8. [endif]A través de la fotografía se debe tratar de desechar el paternalismo sobre estas personas, que pese a que sufren situaciones trágicas, deben ser retratadas tal y como lo que son, seres humanos.
[if !supportLists]9. [endif]El fotoperiodista de inmigración o conflictos debe plantear su labor como un trabajo de concienciación y en parte una labor social.
[if !supportLists]10. [endif] El logro de una Buena fotografía no debe ser justificación para poner en peligro la vida de una persona así como tampoco la del propio profesional.
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